Un mundo mejor con la Fundación Barraquer
A lo largo del año, recibo varios mensajes de grupos que viajan en moto con destino a Marruecos, con la intención de llevar a cabo una acción solidaria. Algunos de estos grupos no saben dónde llevar su donación, otros tampoco tienen claro qué es lo que hace falta. En la mayoría de casos estos grupos tienen ganas de dar, pero van un poco perdidos y no saben exactamente cuales son las carencias de aquellos que lo tienen más difícil.
África es un símbolo de pobreza para muchos, pero en muchos casos, habría que conocer todos los matices que conlleva esa palabra, “pobreza”. Un europeo, por lo general, le cuesta trabajo diferenciar entre simplicidad y pobreza.
Existen un sinfín de organizaciones y fundaciones que promueven la ayuda a la población de países africanos, pero desgraciadamente muy pocas son las que hagan una labor que aporte un verdadero valor humano. La falta de transparencia de la gran mayoría de estas organizaciones, ha desvirtuado el sentido de unirse para ayudar a las poblaciones con problemas básicos y se ha generado un seguido de suspicacias hacia cualquier proyecto de ayuda.
El mismo año que Simona y yo nos trasladamos a vivir al desierto de Marruecos, compartimos una salida con nuestro amigo Toni Busquets. Toni es otro apasionado del Sur de este país, de sus paisajes y de su gente. Durante el recorrido visitamos la haima de una familia nómada. Nos ofrecieron té y pan. Mientras la joven madre preparaba el té, uno de sus hijos pequeños nos miraba embobado. Sus ojos estaban completamente llorosos y con muchas legañas. Un ejercito de moscas le acechaban sin despegarse de su cara. Con lo que llevábamos, solamente le pudimos limpiar los ojos con agua y unas toallitas de papel. Por fin se descubrieron los ojos de la hermosa criatura.
Los ojos se vuelven muy sensibles en el desierto. El fuerte sol y las tormentas de arena suelen provocar molestias en la vista. Un niño pequeño tiende a frotarse los ojos cuando tiene alguna molestia, y eso facilita que sufra una infección aguda en los ojos cuando los toca con las manos sucias.
Cuando viajamos a Barcelona visitamos a la Clínica Barraquer y a su fundación. Hablamos con ellos de cómo podríamos ayudar a paliar esas infecciones. Nos cedieron un par de cajas llenas de medicinas que, con sus indicaciones, podríamos aplicar a personas con algún problema de este tipo.
La Clínica Barraquer esa un referente en el campo de la oftalmología, y está reconocida internacionalmente. Desde que pude conocerlos personalmente he ido siguiendo sus expediciones por África y otros continentes, a través de las redes sociales. Su labor es transparente y el trabajo que realizan es una aportación a la salud de las personas que reciben su profesionalidad de forma gratuita. La Fundación Barraquer trabaja para conseguir un mundo mejor.
Si alguna vez has pensado en colaborar con alguna fundación u organización, tu dinero llegará a buen fin con la Fundación Barraquer. Visita su sitio web y, si lo deseas, hazte socio.
(Fotos de Toni Busquets).


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