Cuesta no pensar en la desoladora deriva hacia la extinción de los valores fundamentales que ha tomado nuestra sociedad. Sinceramente, me quita el sueño muchas noches y, en ocasiones, debo multiplicar mi esfuerzo para concentrarme en otras cosas. Las alarmas sobre este declive en la calidad de nuestros valores más básicos suenan repetidamente, a cada segundo. Me preocupa.
Pienso que aquellos que han alcanzado popularidad en los medios deberían preguntarse cuál es su grado de responsabilidad y, en el aspecto social, cuál es su labor. Internet nos ofrece la posibilidad de compartir ideas, informar y analizar las noticias a través de diferentes fuentes. Es una obligación cuestionarse el nivel de veracidad de aquello que visualizamos en los medios, intentar descifrar de dónde proviene la información y cuáles son los intereses del medio que los publica ante la posibilidad de que convierta la noticia en un panfleto partidista.